Después de escribirle, de desnudar mi alma.
Sólo me queda vivir con mi fiel compañera, su ausencia.
No quisiera escribir, porque escribir es recordarle,
Recordar aquellos días felices donde se reía de mis tonterías…
Donde él me decía lo guapa que era y sonreía.
Pero lo que más recuerdo es cuando me decía cuánto me quería conocer,
Como aquel día que pude haber sido suya en los sueños
En aquella tierra lejana y distante…
Él decidió estar ocupado, y duele.
Ahora sólo espero a que se desocupe ¡quizá!
Esperar que la tinta de esta mente se agote
O su ceguera recupere la luz.