Algún tiempo odié ese verbo, porque por un tiempo representó para mí la manía de “arreglar” algo que ya estaba “acicalado” “compuesto” como era un bello rostro, hasta el día que me dijeron que yo era una maquilladora profesional, porque era de esas que maquillaba la melancolía con soledad,
los malos momentos con sonrisas,
la furia con lágrimas,
el insomnio con su nombre,
la mirada con historia,
la incapacidad de ver más allá con sermones,
los pensamientos suicidas con letras,
los miedos con ausencia,
la perversidad con besos,
la distancia con lecturas,
el amor con poemas,
el corazón con tinieblas,
las noches con desahogos, y
la indignación con silencios.
JenHathor
que letras, fraguantes entre si para unir palabras, que te enredan y te hacen sonreír, para mirar lo que otros no miran, para sentir lo que otros no sienten y en si suspirar y dejar volar con un buen café pensamientos que no volverán….
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Muchas gracias, “mirar lo que otros no miran” la clave de muchos. ❤
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